Comentario: De contrabando

[De los AlleyGator-TV-Files:]

19971123DO Diario "EL SUR", Cuerpo 2, Sección "CULTURA Y ESPECTACULOS", Página 21.

Comentario

De contrabando

Una de las mejores películas que he visto en el último tiempo es "Tesis" (estrenada en el festival de Valdivia, luego en el de Viña del Mar y finalmente en el circuito de cine arte de Santiago). Es un retoño español del mejor y más perverso Hitchcock, que trata de las "snuff movies". José Donoso dice que escuchó esa denominación por primera vez durante una conversación con el escritor y director Paul Schrader (responsable del guión de Taxi Driver, La última tentación de Cristo y director de Gigoló Americano y Luz de día, entre otras cintas). Schrader estaba investigando el mundo de la pornografía para realizar su desgarradora " "Hardcore" (supuestamente prohibida en Chile, pero exhibida varias veces en el cable). Según recuerda Donoso, el cineasta le explicó que, más allá de la frontera de la pornografía dura, existen cintas que contienen actos sexuales saadomasoquistas que culminan en genuinos asesinatos (y frecuentemente en espantosas mutilaciones).

El comercio de este material es en todas partes clandestino, y por lo que se sabe es un negocio floreciente. El género se ha ampliado a todo lo que contenga muertes verdaderas, pero la variedad más solicitada sigue siendo la que incluye sexo. Alguien me contó que en Alemania había gente que pagaba hasta 8 mil dólares por una filmación clandestina de la invasión de una ciudad (con la consabida secuencia de asesinatos, violacioens y saqueo) durante la guerra de la ex Yugoslavia.

"Tesis" termina sugiriendo algunas cosas inquietantes. Por ejemplo, la íntima moralidad del concepto televisivo de "darle al público lo que quiere ver".

Hay una frase de Bioy Casares que siempre me ha perturbado:"...y no permitir que la perversa curiosidad nos arroje a los brazos de cualquier mujer". Perversa curiosidad. Allí hay un gran descubrimiento. Las perversiones se originan en la curiosidad. ¿Qúe otra razón puede tener, al principio, una persona, para adquirir en el mercado negro una snuff movie? El daño, claro, viene después.

Pienso en lo indefenso que está el telespectador cuando, en una atmósfera atractivamente tremendista, le presentan, casi de contrabando, y con la excusa de la necesidad educativa o del celo periodístico imágenes ponzoñosas, dañinas. ¿A qué puede apelar para rechazar la oferta? Con o sin control remoto, el espectador es un ente pasivo, que traga indiscriminadamente todo lo que le dan.

En los tiempos del régimen militar, el programa Informe Especial llegó a extremos de crudeza y asco difíciles de olvidar. Después de los despidos y dimisiones que provocó la entrevista a Townley, la cosa pareció calmarse un poco. Estuvo Alejandro Guiller en la conducción, pero no funcionó. Ahora el presentador es Pavlovic, pero de todas maneras se lo ve superado por el tiempo. Es, al igual que el Japening, un zombie anclado en la sensibilidad de otra época.

Me pregunto qué se tiene en mente cuando se pautea un reportaje como aquel de la pedofilia, exhibido el jueves pasado. Se supone que la idea es, a lo menos, informar educando, para que la gente sepa como cuidar a sus niños y evitar estas tragedias. Viendo el programa, llegué a la conclusión de que no se aportó ningún dato nuevo. Nada que no se haya visto hasta la saciedad- en otros reportajes y notas periodísticas. Ahora bien, me pareció que las "recreaciones" eran demasiado explícitas. No mostraban nada pero lo sugerían todo. ¿Qué aporta eso? ¿Quien es el destinatario de esas imágenes que bordean lo perverso?

Telemaníaco

Última modificación de este documento: 19980605 Viernes por Rodrigo "AlleyGator" Hunrichse, rhunrich@ing.udec.cl

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